- 1. LAS CIUDADES GRIEGAS Y ROMANAS CULTURA CLÁSICA AKAL
- 2. INTRODUCCIÓN• Son muchas las cosas que debemos a Grecia y Roma y, entre ellas, las ciudades en las que vivimos. Los griegos establecieron la planificación racional de las ciudades. Roma la adoptó y difundió por todos los rincones de su imperio
- 3. EL ORIGEN DE LAS CIUDADES• Hace unos diez mil años el hombre aprendió a producir alimentos, cultivar plantas y criar animales. Esto, a su vez, produjo una transformación social importante, pues propició una mayor concentración de población en torno a los lugares de trabajo. En esta época los asentamientos serían de unos 300 habitantes• En torno al año 3000 se produce el paso del poblado a la ciudad. En esta época la población no sólo está constituida por productores de alimentos, sino también por mercaderes, artesanos, guerreros, sacerdotes, etc. Se produce así una revolución urbana localizada en los valles del Tigris, Éufrates y Nilo.
- 4. LAS CIUDADES GRIEGAS• A lo largo de la historia, las ciudades griegas fueron de dos tipos: • Las polis tradicionales, como Atenas, Esparta o Tebas. • Las ciudades helenísticas, construidas a partir del siglo IV a.C.
- 5. POLIS TRADICIONALES• Las casas se distribuyen por toda la ciudad sin formar barrios por estirpes o clases sociales.• Las calles suelen presentar un trazado irregular.• En una polis se distinguen 3 zonas: • El área sagrada, situada en la acrópolis • Las zonas públicas, dedicadas al comercio, teatro (ágora) • Las áreas privadas, ocupadas por casas
- 6. LAS CIUDADES HELENÍSTICAS• Los diferentes elementos que las componen aparecen distribuidos racionalmente, gracias a la contribución de Hipódamos de Mileto, a quien se debe la utilización del plano ortogonal.• Las calles aparecen trazadas en ángulo recto, con una red de manzanas y organizada en cuadrantes uniformes.• Las áreas civiles y religiosas no condicionan el resto de los elementos, sino que se adaptan a la red, como en la ciudad de Mileto.
- 7. LAS CIUDADES ROMANAS• El urbanismo romano surge de la fusión de dos componentes de la cultura romana: el etrusco y el griego.• Los romanos recibieron de los etruscos el ritual fundacional de las ciudades.• De los griegos tomaron el trazado ortogonal, con el que se identificaron pronto ya que coincidía con la disposición que presentaban sus propios campamentos militares.
- 8. • En las ciudades romanas nuevas se localiza el foro en la intersección de las dos vías perpendiculares (llamadas cardo y decumano).• El foro desempeña funciones de centro cívico, comercial, jurídico y religioso.• En ocasiones en el foro se realizaban espectáculos, entre ellos las luchas de gladiadores
- 9. • Frente a los griegos, que fundamentalmente buscaban la estética, los pragmáticos romanos se esforzaron por dotar a las ciudades de unos servicios públicos de alto nivel: vías, puentes, acueductos, puertos, cloacas, termas, fuentes, circos, obras de carácter defensivo
2:
si s geometricamente si se parece por el diseño de las carreras i las ciudades la cual constituye un ejemplo de la racionalidad.
Un triglifo (del griego τρίγλυφος: τρί, «tri, tres», γλυφος, «glifos, acanaladuras, entalladuras») es un ornamento arquitectónico característico del friso dórico con forma rectangular, más alto que ancho, con tres bandas verticales separadas por dos glifos (acanaladuras) completos y dos semiglifos, uno en cada extremo. A veces sólo existen las acanaladuras centrales.
Este motivo ornamental del friso dórico alterna con la metopa, de superficie cuadrada, que se decora con relieves.
Los triglifos usualmente están alineados sobre las columnas y sobre el punto medio de cada intercolumnio. Debajo de cada uno de ellos, bajo la tenia, una banda del tamaño del triglifo, la régula, de la que penden seis gotas de piedra.
Es probable que los triglifos representaran las cabezas rectangulares de las vigas utilizadas en la construcción de las estructuras de los primitivos templos de madera que precedieron a la arquitectura griega en piedra. Estas cabeceras se cortaban de forma similar a los triglifos y se pintaban con cera azul.
Utilización
Ya se constatan ornamentos que algunos autores denominan triglifos en los palacios minoicos y micénicos con representaciones de rosetones alineados verticalmente junto a otras bandas verticales,1 que podrían haber derivado en la arquitectura clásica, tanto griega como romana así como a finales del siglo XVIII, su recuperación como motivo decorativo en la arquitectura neoclásica.
Imágenes de triglifos
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Triglifos (con ranuras para la inserción de metopas) en el friso dórico delTemplo de Afea.
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Parte del friso neoclásico de The Circus (Bath) de 1754 diseñado por John Wood el Viejo, alternando triglifos y
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En arquitectura clásica, una metopa (μετόπη) es un panel o pieza rectangular de piedra, mármol o terracota que ocupa parte del friso de un entablamento dórico, situada entre dos triglifos.
Cada metopa estaba decorada con bajorrelieves. Sus temas eran variados y se caracterizaron por el hecho de relatar sucesos históricos o mitológicos. Su función era, sobre todo, decorativa y estaba policromada.
Metopas en el arte románico
El empleo de metopas se ha seguido utilizado en otros estilos arquitectónicos. En el arte románico las metopas están dispuestas entre los canecillos, conformando un friso similar al del estilo clásico griego.
Categorías:Voluta (arquitectura)
Una voluta (del latín voluta, de volvere, dar vueltas) es un ornamento característico, en forma de espiral, que forma los ángulos del capitel de la columna jónica. Posteriormente fueron incorporadas en los capiteles de las columnas de los órdenes corintios y compuestos. Normalmente se encuentran cuatro volutas en los capiteles jónicos, ocho en los capiteles compuestos y versiones más reducidas (a veces llamadas helix) en los corintios.1
Se ha sugerido que este motivo decorativo estaba inspirado en la curva de los cuernos de los carneros, en la forma de la concha de los caracoles o tal se derivaba de la espiral natural del óvulo de una especie común de tréboles, nativos de Grecia. Alternativamente, puede tener, simplemente, un origen geométrico.2
Introducida por los griegos y más tarde teorizada por el arquitecto romano Vitruvio para los edificios y estructuras clásicas, la voluta no ha limitado su utilización a la arquitectura, sino que se ha utilizado desde siempre en una amplia variedad de formas de arte. Desde tiempos antiguos, esta decoración se ha encontrado en diseños de muebles, plata y cerámica. Por ejemplo, existe un tipo de crátera denominada de volutas debido a que sus asas tenían esa forma. También en la Antigua Grecia, el peinado de algunas mujeres de la época parecen recordar las volutas de los capiteles jónicos.
Dado que el motivo ornamental se desplegaba en la antigüedad clásica, pasó a ser también un elemento común en otras arquitecturas, directa o indirectamente inspiradas en aquella, como la renacentista, barroca o neoclásica: en estos estilos, podría utilizarse en cualquier estructura donde se requiriese algún elemento de transición entre las líneas horizontales y verticales3 o perpendiculares entre sí.
Su forma sigue siendo común en la construcción de instrumentos de cuerda, que corresponde, normalmente, a la terminación del mástil o decoración del clavijero, como en los violines, violas o contrabajos.
Acrópolis
La palabra Acrópolis proviene del griego ἄκρος, (extremo) y πόλις, (ciudad), y hace referencia a la parte más alta de una ciudad.1
En la actualidad se suele restringir el término a la parte más alta de las antiguas polis griegas, aunque también se puede utilizar para ciudades romanas y de otras civilizaciones.
Con la intención de disponer de una mejor defensa, los primitivos pobladores emplazaban sus asentamientos en elevaciones naturales del terreno, preferiblemente con bordes escarpados.2 Con el tiempo, esta zona elevada se convertía en el núcleo a partir del cual iba desarrollándose el crecimiento urbano. Así nacieron ciudades como Atenas o Roma, la cual fue resultado de la unificación de siete poblados ubicados en sus respectivas colinas. Debido a la situación privilegiada, las acrópolis solían albergar los edificios más emblemáticos, como templos o plazas de reunión (ágora), y en ellas se reunían las personalidades de la ciudad o se celebraban actos importantes.
La acrópolis más conocida es la Acrópolis de Atenas, que incluye el Partenón en honor a la diosa Atenea. Otras acrópolis griegas de renombre son las de la ciudad de Aso (actualmente Turquía) o la de Pérgamo, aunque también son famosas las acrópolis de otras culturas, como la acrópolis de Bratislava o la de Constantinopla.
Propileos de Atenas
Coordenadas: 37°58′18″N 23°43′31″E (mapa)
Los Propileos son el único acceso occidental a la Acrópolis de Atenas, fueron construidos en el marco del programa monumental de Pericles entre 437 a. C. y 431 a. C. y sustituyeron a los viejos propileos de época de Pisístrato. Fueron cubiertos con un pórtico doble y gigante de mármol pentélico.
El arquitecto Mnesicles fue quien proyectó los pórticos como si fueran fachadas de templos dóricos. El pórtico exterior tiene una plataforma a cada lado con tres columnas jónicas que sostenían un techo de mármol azul con estrellas.
Los dos frentes tienen una fachada dórica, hexástila, con el intercolumnio central más ancho, dando paso a la calzada.
El muro de acceso se articula en cinco vanos adintelados dispuestos en orden decreciente. Flanqueando la escalinata de acceso, se encuentra un desarrollado basamento sobre el que se levanta el templo de Atenea Niké.
Construcción
En los planes de Pericles, la construcción de los Propileos debía seguir a la del Partenón. Debían constituir una entrada monumental al complejo de templos y coronar el camino escarpado que lleva a la cima de la ciudad alta por su lado sur. Los Propileos debían reemplazar al propileo simple construido bajo Pisístrato. Comenzados en 437, no fueron nunca acabados, siendo interrumpidos los trabajos en 432 a. C., un año antes del estallido de la guerra del Peloponeso.
Es de apreciar la habilidad del arquitecto, Mnesicles al erigir sus propileos en difíciles condiciones topográficas. Esta construcción, dado que debía alzarse en el borde de la explanada superior del recinto de la Acrópolis, tenía que situarse sobre una fractura que señalaba el límite entre la pendiente de la vía ascendente y el plano horizontal.
Características
Su fachada superior se situó en un nivel más bajo que su fachada oriental (interior). Prisionero de los derechos del templo de Atenea Niké, limitado al sur por los terrenos sagrados de Artemisa, obligado a proseguir la porción antigua de los propileos del siglo VI a. C. y de adaptarse a los movimientos de la Vía Sacra que seguía la procesión con sus carros y sus animales de sacrificio, Mnesicles erigió un edificio que respondía a esas múltiples dificultades. Respetó el ritmo fundamental de los propileos arcaicos con las cinco puertas de acceso a la planicie sagrada,1 abiertas en el muro transversal que cortaba el corredor que bordeaba los dos muros laterales. Pero una ligera diferencia de orientación ponía el eje del edificio en relación con el final de la Vía Sacra y con el eje este-oeste de la explanada, separando el Partenón y el conjunto del Erecteión.
Los Propileos tenían, por tanto, la difícil misión de «suprimir» visualmente la diferencia de nivel existente entre el lado exterior y el interior. Vistos desde abajo, presentaban una fachada hexástila dórica, con ángulos salientes formados por columnas más delgadas.
Para respetar y subrayar el movimiento ascendente de la procesión de las Panateneas, el cuerpo central de los nuevos propileos con sus cinco puertas se situó donde la ruptura de la pendiente era más acentuada, sobre un basamento de cinco escalones que compensaban el desnivel. La continuidad del movimiento se subrayaba con la importancia de la puerta central (4,13 m de anchura y 7,38 m de altura), ante la cual se interrumpían los escalones para dejar paso al carro de la diosa Atenea y para la ampliación del entrepaño correspondiente en el pórtico occidental (5,43 m en vez de 3,62 m en los entrepaños laterales).
Para recibir la procesión se erigió en el exterior una fachada de seis columnas dóricas sobre un basamento de cuatro escalones que se doblaban en ángulo recto para sostener las columnatas de las fachadas laterales encuadrando la explanada de llegada.Para situar la vía de acceso en el interior del vestíbulo, la anchura de éste era de 18,12 m, análoga a la de la cella principal del Partenón. La profundidad del vestíbulo era de 12,96 m. Además, el orden jónico que sostenía el techo de esa sala fue adoptado por Mnesicles para la ordenación del vestíbulo.
Bordeando el espacio central que coincidía con la gran puerta central, Mnesicles situó dos filas de tres columnas jónicas.Las naves estaban cubiertas por techos artesonados de mármol,2 cuyas vigas marmóreas sobrepasaban los seis metros.
Mnesicles tuvo que recurrir aquí a una técnica inusitada para reforzar los arquitrabes que sostenían esos techos «armándolos» con una barra metálica.Los Propileos comprendían un edificio central, amplio vestíbulo de forma rectangular, y dos alas laterales. Entre las cinco puertas de la parte central, la de en medio daba acceso a la Vía Sagrada que recorrían las procesiones de las Panateneas.
El ala norte, la pinacoteca —Stoa Pecile—, fue la primera galería de pintura del mundo. Se encontraban allí tablas de pintura realizadas por grandes artistas de la época, entre los cuales estaba Polignoto (siglo V a. C.), autor de composiciones mitológicas. El ala sur, más pequeña, se componía de una sala, que conducía al oeste, al templo de Atenea Niké.
Atravesados los Propileos, el visitante antiguo encontraba a su izquierda varios edificios administrativos u oficiales, entre los que estaba la casa de las Arréforas. Enfrente, se alzaba majestuosa la estatua de más de 9 m de Atenea Promacos. A su derecha, el visitante, descubría el pequeño santuario de Artemisa Brauronia y el de Atenea Obrera, y por fin el majestuoso Partenón.
Los Propileos fueron construidos en mármol del Pentélico a partir del basamento. Sin embargo, el arquitecto también utilizó mármol azul de Eleusis. El conjunto costó una colosal fortuna.
Más abajo del camino que llevaba a los Propileos se alzaba la puerta llamada Beulé del nombre del arqueólogo francés que la descubrió en 1853 bajo un bastión turco. Fue construida por los romanos en el siglo III. No se sabe si el acceso a la acrópolis se efectuaba por una rampa escalonada o por un camino en zigzag.
Los Propileos, como los otros monumentos atenienses tuvieron una historia agitada. Han sido sucesivamente palacio episcopal, residencia de los duques francos de Atenas, palacio florentino y depósito de armas turco.
La estructura fue destruida en gran parte en el siglo XVII como consecuencia de la explosión de un depósito de pólvora.
Acrópolis clásica
En el periodo comprendido entre el año 479 y el 447 a. C. es muy probable que solo hubiera ruinas en la Acrópolis. Según algunas fuentes antiguas, antes de la batalla de Platea los griegos habían jurado no reconstruir los edificios sagrados destruidos por los persas. Plutarco señala que en el año 450 a. C. Pericles convocó un congreso para proponer a los griegos la ruptura de este juramento. Sin embargo, algunos autores como Teopompo pusieron en duda la existencia del mencionado juramento.13
Partenón
Pericles confió la dirección de las obras de la Acrópolis al escultor Fidias. Ictino y Calícrates fueron los arquitectos del Partenón, sobre los cimientos de otro antiguo templo de grandes proporciones, denominado Prepartenón o Hecatompedón, del que existen pocos datos seguros y que había sido destruido por los persas. La construcción se alargó durante quince años, del 447 a. C. al 432 a. C.14
El interior estaba dividido en dos salas independientes, con la entrada por cada fachada opuesta del edificio. La sala oriental era la más grande, dividida por columnas dóricas en tres naves y era donde se encontraba la escultura de Atenea de Fidias. En la sala occidental, con cuatro columnas en el centro de estilo jónico, se guardaba el tesoro de la diosa, y recibía el nombre de Partenón, es decir, la sala de las vírgenes.15 La fachada principal está orientada hacia oriente, el punto por donde sale el Sol, como es habitual en todas las construcciones religiosas de la antigüedad. Constaba de ocho columnas en sus dos fachadas principales y diecisiete en los laterales que rodeaban todo el templo, dejando un pasillo o deambulatorio que permitía a la población bordear completamente el templo durante sus celebraciones religiosas.16
En el exterior, en una superficie de 69,54 metros por 30,87 metros, y columnas de una altura de 10,43 metros, presenta como todos los templos griegos una escalinata compuesta por tres escalones que rodea completamente la base: los dos primeros escalones inferiores se denominan estereóbatos y el escalón superior, estilóbato.